sábado, 28 de noviembre de 2009

Quiero querer quererte

Este viernes estuve todo el día pensando. Decidí no ir a trabajar para reponerme de la super-semana que tuve en los otros aspectos no-laborales (docencia, clases, la vida en si misma). Me levanté medianamente temprano, y sabía que tenía que limpiar la cripta, ya no soportaba tanta pelusa y tanta insinuación del ambiente; era como que lo observaba y en cualquier momento iba a reventar de mugre por todos lados, ropa por acá, ropa por allá, la pileta de la cocina llena de vajilla, el baño pedía a gritos una lavadita con hipoclorito...Y como dice la persona que me inspiró este post, había que bajarle la entropía al lugar.

Todo iba bien. Es más, muy bien, pues estaba relajado, sabía que iba a tener mi merienda de los viernes con alguien a quien aprecio mucho...Tanto que le tomé cariño, ¿me explico? Pero cuando no se dan las cosas, yo no sé porqué me gasto en insistir. Anyway, promediando el mediodía tenía tantas ganas de seguir arreglando el lugar, que decidí no almorzar y merendar bien merendado. Llegadas las 15 hs, me decidí por ir a hacer las compras (la semana de estudio hizo estragos no sólo en mi dieta, sino también en mi heladera y stock de comida) y de paso pegarle un llamado a esta personita con la que me encontraba a merendar. ¿Concretamos encuentro? Sep. A las 16.15 hs nos encontramos, donde siempre. Saludo bien afectivo pues era la primera vez que lo veía desde que se había mudado solo. Y charlamos. De todo, de las vidas que tenemos, de los padecimientos, de los éxitos, de las vidas que queremos. Invité yo, esta vez era mi turno. Respiro hondo....no hay señal de lo que quiero de él, y en lugar de alegrarme, pelotudamente, me bajoneo un cacho. Pero yo soy así, y si no sintiera nada cuando vuelvo a casa dp de tales encuentros, no sería yo y me engañaría.

Y quedó latente su recuerdo por unos ratos. Ratos suficientes para inspirarme y mandarle un mensaje vía Facebook que me hiciera de pata para terminar de aclararle lo que siento, y que lo que él quiere volver a sentir en otra persona, puede ser compatible con mi sentimiento. Pero nop...Tristeza a la madrugada cuando leo la respuesta y me doy cuenta que o no vio en mi mensaje lo que yo quería que viera o lo vió y la mirada se hizo al costado...o para abajo, dejándome claro que más que amistad, no se podrá dar. Y yo, gracias a la cantidad de situaciones similares en mi vida, de que nada me funca orgánicamente, he aprendido a decir suficiente. Tal vez no era para mí o yo no era para él.


En fin, se venía la noche y se venía una amiga a cambiarse y cenar al depto, porque teníamos fiesta en la Facultad...¡¡¡Qué fiesta!!! Y a eso viene este post, mi página de diario no-íntimo que quiero compartir con el que pase por aquí o quiero tener cerca para volver a leer esas noches de desvelo tan comunes en mi vida...Esa noche de fiesta me sentí deseado, me sentí que puedo hacer que alguien guste de uno, y lo mejor de todo, es que si bien estoy cambiando un cacho físicamente, al parecer, la actitud y las ganas de estar como Dios manda, pueden más que cualquier otra cosa...tres es el número, pero sólo uno logró su cometido, mi cometido...Y es tan loco el mundo que fue a minutos de terminar la fiesta y de la forma que me hubiera gustado que sucediera pero años atrás jejeje...Amigo de un amigo...Trabajan juntos, Ok? Nunca nos cruzamos...Imposible dirás! Sip...Pero esa noche todo era posible, sabía que podía pasarla bien pero esto superó mis expectativas...Alegre, sonrisa transparente, alto, hermoso, alegre (si, otra vez!), vivaz, inteligente, un loco lindo, un libro de aventuras e historia abierto de par en par...Tanto, tal vez, que me asusta de no poder seguirle el ritmo y espantarlo por ser tan pasivo en las conversaciones y no poder parar de mirarle sus ojos a media luz con los míos bien abiertos y quedarme fascinado frente a su vida y la pureza con la que te habla...Me hacía preguntar en mi cabeza cosas como, mmm me siento una criatura de doce años frente a vos, bonito...No tendría que haber puesto como prioridad la Facultad en todos estos años...Tendría que haberla puesto en buscarte y encontrarte para estar más tiempo a tu lado....Ahora, sólo me falta escucharte, pero a solas y en silencio.

Y del tiempo y la vida necesito para que nos podamos dar esa oportunidad. Hoy, sólo en la casa de mis viejos, brindaré por eso. Es tan bonito estar así como estoy. Me levantaste justo cuando no podía enrocar el bajón de estar solo. Ojalá sigamos jugando este ajedrez del enamoramiento y cuando sea necesario me pidas tablas. Yo estaré aquí, esperando nos demos ese empate.

3 comentarios:

Ireila dijo...

Cuando el imposible es lo único que podemos ver más allá de nuestras narices, pensamos que alcanzarlo es sinónimo de completar un vacío que nunca terminamos de definir. Tener el imposible implica hacer muchos sueños realidad, en el sentido menos idílico de la frase. Si lo tenemos, si el imposible nos elige (porque justamente por eso es imposible), sentimos que podemos hacer todo. Que esa es la pieza que falta para completar el rompecabezas de nuestros impedimentos a llegar más allá. Y cuando el imposible mira para otro lado... el corazón termina hecho añicos en el piso, luego de estrellarse repetidas veces contra el duro muro del "NO".
Peeeero.. de vez en cuando pasa algo. Algo que uno no tenía previsto, que lo toma por sorpresa. Algo que te cambia alguna conexión neuronal... y te das cuenta que el rompecabezas que estabas armando es inútil. Que hay algo más en el aire que te puede llenar. Y las cosas cambian. Las circunstancias cambian. Uno cambia. Y te detenés a mirar. No ver, mirar. Y te das cuenta que algo, ese algo que te pasó... era lo que querías. Que limpiar de un plumazo la mesa del rompecabezas te hizo darte cuenta que había algo escondido ahí abajo, y que eso era lo que necesitabas.
Como siempre, no se sabe cómo es que lo encontramos... porque no era eso lo que buscábamos.
Sin embargo, por suerte, nos encontró a nosotros.


(mi estado mental no permite una secuencia lógica de pensamiento... prometo mejorar en cuanto termine la vorágine delirante en la que me encuentro sumergida)

Charlito dijo...

Te quiero, tu esfuerzo de redacción dado el status mental de esta noche más lo acertadas de tus palabras, reconfortan saber que te tengo ahí cerquita en este camino que espero poder recorrer con felicidad...Es un comienzo, no?!? Algo es algo, dp de taaaaantos no-comienzos, siquiera...Te quiero, te adoro y no te tiro al inodoro! jajaja Éxitos con el final, meme...Everything's gonna be orrait :)

Anónimo dijo...

Charles: Te mando zumbido y no me estás contestando, así que pasé por acá a chusmear y veo que es verdad que el viernes estabas ocupado... En fin, muy divertido todo, me cagué de risa leyendo; ojalá fueras así de simpatico cuando hablás conmigo, pero bueno, habrá que seguir haciendo méritos... No sé si se puede opinar (= sabelo que lo voy a hacer y de hecho lo hago apenas cierro el paréntesis), pero me parece que en la vida si hay que estar triste tiene que ser resultado de alguna circunstancia que nos supere y no por miseria neurótica, no hay que darle consistencia al imposible que es una excusa sofisticada del obsesivo (lease Charles) para hacer de muerto respecto de su deseo.
Ya estoy hablando con vos =.
Abrazo grande de gol
Cristian